Es hora de declarar tu lealtad NO a un Estado nación, sino a un conjunto de valores humanos por encima de todo y trabajar para fomentarlos independientemente de quién ataque a quién. No debemos perder nuestra humanidad, los que aún la conservamos. ¿Por qué? Porque la mayoría de los Estados-nación de los que tengo conocimiento están dirigidos en parte por belicistas, infectados de codicia y poder, temerosos de hablar en contra de quienes los financian y de que sus fechorías les exijan un rescate perpetuo.
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