El escándalo de Caja Navarra se basa, fundamentalmente, en las prácticas que realizaban los miembros de la Junta de Entidades Fundadoras, órgano formado por cargos políticos que representaban a las cajas que se juntaron para crear la CAN. La Junta de Entidades Fundadoras tenía unas 20 reuniones al año y sus miembros percibían 1.700 euros brutos por encuentro, 2.600 en el caso de Yolanda Barcina, actual presidenta de la Comunidad foral de Navarra, que presidía el órgano.