Todo empezó con una de las obras faraónicas del régimen soviético: los trasvases, efectuados a partir de 1957, del Amú Daria y Sir Daria, los dos grandes ríos centroasiáticos que desembocan en el Aral.(...)La desecación del Aral hizo que muchas localidades, antes situadas en su ribera y ricas en cultivos de legumbres y cereales, sean ahora estériles (...)Las ciudades de Muinak (Uzbekistán) y Aralsk (Kazajstán), los dos puertos principales del Aral, se encuentra hoy día a 180 y 40 kilómetros, respectivamente, de la actual costa.