De tal palo, tal astilla; de eso no hay duda en casos como este. El recuerdo del momento en que padre e hijo se conocen, tras 18 años separados, puede ser uno de los más dulces, pero a la vez un poco amargo en determinadas situaciones. Casualidades de la vida, padre e hijo se reencontraron en una cárcel de Sao Pablo, en Brasil, el sábado pasado.