El S-80 iba a ser el primer submarino de diseño exclusivamente español, era el proyecto estrella de Navantia y, para muchos expertos, la obra de ingeniería nacional de mayor relevancia en décadas. Sin embargo, el escenario que se encuentra Navantia en estos momentos es el de un submarino dividido en secciones que no puede ensamblar, porque los equipos construidos para su interior, simple y llanamente, no caben. Para más inri, ha tenido que recurrir a la ayuda y asesoramiento de una empresa norteamericana vinculada a la US Navy.