Philipp Batz, mejor conocido como Philipp Mainländer, había sido un comerciante amargado que descubriría en la filosofía el modo de escapar a su rutinario infierno. La filosofía de Mainländer está fundada en una ontología negativa, donde es preferible el no ser, al ser, al imaginar que, como el mismo Borges lo cita, “somos fragmentos de un Dios, que en el principio de los tiempos se destruyó, ávido de no ser. La historia universal es la oscura agonía de esos fragmentos”.