Sin duda esa descarga de líquido o semen que anuncia inequívocamente que el hombre ha llegado al orgasmo es – para much@s – una carencia que se echa en falta. Igual que las muñecas de nuestra infancia cuando les aprietas un brazo: hablan, lloran u orinan; el consolador eyaculador es capaz de soltar una descarga en el momento que desees, simplemente tienes que darle un apretón en los testículos (o en una pequeña bomba) y este soltará toda su carga en tu vagina, o bien sobre tu vulva, ano, pechos, boca o donde te apetezca.