Teniendo en cuenta la ausencia de acentos gráficos en la mayoría de las lenguas, así como la “facilidad” con que las nuevas normas eliminan la obligatoriedad de su uso en español, la cuestión que nos ocupa es si realmente ayudan al reconocimiento de las palabras durante la lectura o si se trata de una reliquia de nuestro idioma. En un experimento reciente de nuestro laboratorio, Perea, Fernández-López y Marcet (2020) examinaron hasta qué punto el acento gráfico ayuda a la codificación de las palabras en los primeros momentos del procesamiento.