La mañana del 29 de agosto de 1911 en Oroville, California estaba siendo algo agitada.Varios vecinos afirmaban haber visto a un demente por las calles y al comisario no le quedó más remedio que buscar al perturbado.Con el transcurrir de las primeras horas, su búsqueda le llevan a él y a un montón de curiosos al matadero de la pequeña ciudad donde al fin encuentran a un pequeño hombre harapiento y aterrorizado, agazapado entre las reses del local.Tras su asustada mirada se distinguían los inconfundibles rasgos de un indio nativo.