“Cuando se aceptan regalos, el consentimiento del Integrante de la Familia Real no deberá estar sujeto a una empresa que tenga que ver con explotar la imagen de dicho regalo con fines comerciales”, estipulan las normas reales del palacio de Kensington, publicadas en 2003. En conjunto, los presentes tendrían un valor estimado de 7 millones de libras, es decir, unos $9.3 millones y tendrán que ser regresados con sus respectivas notitas de “gracias” a quienes los enviaron.