Hace 70 años, en los bosques de Katyn, cerca de Smolensk, 22.000 polacos, en su mayoría oficiales del ejército, fueron asesinados con un tiro en la nuca. Se utilizaban pistolas Walther, de fabricación alemana y suministradas a sus hombres por Moscú. Una manera poco sutil de culpar a los alemanes de semejante genocidio...Nadie creía la versión alemana hasta que Gorbachov reconoció que Stalin había ordenado la masacre para eliminar a quienes podían oponerse, tras la victoria, a un gobierno comunista en Varsovia.