Alrededor de 300 de los 1.196 hombres a bordo murieron en el ataque. El resto de la tripulación, 880 hombres, quedaron flotando en el agua sin salvavidas hasta que el rescate terminó cuatro días después. Muchos no tenían chalecos salvavidas. Sólo 321 tripulantes fueron rescatados del agua, de los cuales sólo sobrevivieron 316. Todos sufrieron por la falta de alimentos y de agua, la exposición a los elementos les ocasionó descamación severa en la piel y sufrieron ataques de tiburones.