España cae cuatro puestos en el índice de Competitividad Mundial de IMD, y se sitúa como la 40 de las 67 economías analizadas, la peor posición registrada en los últimos diez años. Detrás de esta pérdida de posiciones se encuentra la peor percepción sobre la eficiencia del gobierno y la eficiencia empresarial. En concreto, el análisis desvela un retroceso en la competitividad de nuestras finanzas públicas, política fiscal, marco institucional, legislación empresarial y marco societario. A ello, se añaden las dudas que entre los expertos de IMD