En 2019, las grandes empresas trasladaron casi 970.000 millones de dólares a paraísos fiscales y territorios con baja tributación. Aunque las instituciones comunitarias se nieguen a recocerlo, dentro de la Unión Europea existen los paraísos fiscales. Año tras año, los laxos sistemas tributarios de Países Bajos, Irlanda o Luxemburgo representan un enorme problema para las haciendas del resto de socios comunitarios, que sistemáticamente ven reducidos sus ingresos por culpa de la elusión y la evasión fiscal.