El único interés que hay detrás de la puesta en marcha de la regasificadora de El Musel, construida ilegalmente, es ordeñar fondos europeos que deberían destinarse a actividades sostenibles. La pretensión de obtener fondos europeos para fomentar energías fósiles es un paso atrás y promueve una actividad insostenible que produce cambio climático. La regasificadora del Musel, no solo fue ilegal y ruinosa en su construcción y mantenimiento, sino inútil para la sociedad, incapaz de funcionar y un pozo sin fondo de gastos