Todo empezó cuando la señorita Azul (nombre de guerra) se hartó de despertar noche sí, noche también, con los cánticos etílicos de jóvenes llegados de medio mundo que vociferaban bajo su balcón. Fue entonces cuando, junto a su compañero, el señor López (también nombre de guerra) decidió montar el Comando Anti-Turista Guillem Nas. ¿El objetivo? Sensibilizar a los miles de foráneos que recorren cada día (y cada noche) el Gòtic, su barrio, de la existencia de una especie que consideran casi en peligro de extinción: los vecinos.