Muy por encima de nuestras cabezas los troncos de árboles centenarios crujen zarandeados por el viento. En el sotobosque, formado por una maraña de troncos, ramas y hojas cubiertos de hongos, musgo y líquenes, apenas se nota la fuerza del viento. Por debajo de esta densa cubierta vegetal en descomposición habitan cientos de especies de insectos que contribuyen a dar vida a un ecosistema único.

Ha pasado más de un año desde que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ordenó que se suspenda la explotación forestal del bosque, al descubrir que representaba una amenaza evidente para el sitio declarado Patrimonio Mundial por las Naciones Unidas. No obstante, las cicatrices siguen siendo visibles: desde los caminos que abrió la pesada maquinaria para adentrarse en el bosque y cortar miles de árboles antiguos hasta los amplios agujeros que se formaron en el dosel arbóreo por la explotación forestal.

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE) ha dado la razón este martes a la Comisión Europea al dictaminar que la tala de árboles del bosque virgen de Bialowieza autorizada por las autoridades polacas vulnera las normas europeas de protección de los hábitats naturales y aves. Es uno de los bosques naturales mejor conservados en toda Europa, con muchos árboles centenarios y especies de interés. El Gobierno polaco triplicó casi la explotación de madera en este bosque en 2016 para combatir la propagación de un escarabajo.

"La orden de la corte se emitió de acuerdo con el artículo 39 del estatuto del TJUE, un protocolo acordado y ratificado por todos los Estados miembros, incluida Polonia. Todos los Estados miembros están obligados a cumplir con las medidas provisionales emitidas por la corte", afirmó la portavoz del Ejecutivo comunitario. Sin embargo, el ministro polaco de Medio Ambiente, Jan Szyszko, dijo este lunes que las talas en uno de los últimos bosques primarios de Europa no cesarán porque son necesarias para frenar el avance de una plaga de escarabajos.