Todo pasa de moda, menos Camela. Camela, como los grandes autores y poetas, tiene un mensaje universal que desafía al tiempo, y usa con maestría un lenguaje que es a la vez sencillo y elevado. Puede que nadie se acuerde de Nirvana dentro de unas décadas, pero Camela seguirá sonando en los autos de choque a la vez que sus portadas se exponen en los museos.