La decisión de Joe Biden de enviar bombas de fragmentación a Kíiv atenta contra el derecho internacional humanitario, como ya han denunciado destacados especialistas y organizaciones como Human Rights Watch. Algunos mandatarios europeos han manifestado desacuerdo con la decisión norteamericana, pero las altas instancias de Europa y de la OTAN no han criticado firmemente la medida, pese a que muchos de sus miembros, 123 estados, firmaron la Convención sobre Bombas de Fragmentación de 2010 y han expresado preocupación por la decisión americana