En una época en la que las mujeres luchan por hacerse espacio en el mundo de la tecnología, y en la que el estereotipo del programador es un chico joven frente a una pantalla, es curioso recordar que hubo un momento en el que el software era cosa de mujeres que lo escribían a mano, con lápiz y papel, desde su casa. Y todo eso era revolucionario. Quien lo hizo posible es la persona que se considera fue el primer programador independiente del mundo y cuyo nombre, o al menos uno de ellos, es Steve. Steve partió desde Austria cuando tenía 5 años..