Lo normal es que la respuesta a esta pregunta fuera un contundente sí, ya que, afortunadamente, vivimos en un país desarrollado, con acceso garantizado a la escolarización, tasas mínimas de mortalidad infantil, leyes de protección a la maternidad…sin embargo, a pesar de todo esto, seguimos en la lista de los países con los índices de natalidad más bajos del mundo. ¿Por qué?