Arezoo Badri, mujer iraní de 31 años y madre de dos hijos, quedó parapléjica tras recibir el disparo de la policía por violar las normas del hiyab. Badri conducía de vuelta a casa con su hermana, en la ciudad de Noor al norte de Irán, el 22 de julio. La policía había recibido la orden de confiscar el coche por la denuncia de incumplimiento de vestimenta, y llevar el hiyab de manera inapropiada, así que intentaron detenerla. Al no frenar, los agentes abrieron fuego.