El gobierno de Macron quiere acabar con los no vacunados que se resisten a cumplir las normas. De rebote, muchos políticos de LREM han recibido el escarnio público de los más radicales contra. La imagen más esperpéntica la encontramos en el archipiélago de San Pedro y Miquelón,El diputado Stéphane Claireaux recibió la visita de los antivacunas a la puerta de su casa que lo amenazaron, insultaron e, incluso, lanzaron encima de su cara, las algas que se acumulan en la arena de su playa. "Querían lapidarme", ha subrayado Claireaux