en 1903, Marconi se encontraba demostrando la telegrafía sin hilos, aseverando que el sistema era infalible y no podía ser interferido, pudiendo ser usado para transmitir información confidencial con toda seguridad. En el momento que el inventor puso en marcha la maquina unos extraños pulsos surgieron de ella, al decodificarlos leyeron la palabra "RATAS" y así continuo durante un rato y la demostración fracasó. Nevil Maskelyne, otro inventor, había saboteado a Marconi, indignado por sus patentes sobre tecnologías ya usadas anteriormente.