Sánchez, Casado, Rivera e Iglesias (Abascal es un subalterno que a veces irrita, pero al que nadie toma en serio), están demostrando un nivel de incompetencia que se acerca peligrosamente al paroxismo. La capacidad que están demostrando en buscar y encontrar laberintos sin salida, en seguir caminos equivocados y en defender sin sonrojo argumentos en los que ni ellos creen, les está convirtiendo en malos actores de una mala opera bufa. Su comportamiento se acerca tan peligrosamente a la irresponsabilidad que transmiten la sensación de estar...