"La frustración es muy mala, pero mucho peor es perseverar en un proyecto condenado al fracaso", dice Eliécer Ávila, el estudiante de Ciencias Informáticas que en 2008 se convirtió en noticia internacional al interpelar y dejar muy mal parado, por sus respuestas, al presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón. Hoy Eliécer, de 25 años, es un ingeniero informático desempleado. Luego de cumplir su servicio social en un club de computación y electrónica, quedó en la calle. En Las Tunas no hay empleo ni para él ni para sus compañeros de carrer