Cuatro personas han muerto y más de diez resultaron heridas en un ataque con mortero en la ciudad siria de Alepo.Las cámaras de seguridad de un edificio municipal graba cómo los trabajadores se dirigen hacia la entrada del edificio cuando, de repente, una bomba de mortero cae en mitad de la calle.Los que se salvan echan a correr. Segundos después un hombre sale del edificio y corre para auxiliar a las víctimas.

Los reporteros de ANNA News se dirigían a cubrir los enfrentamientos en Haraszti, cuando su vehículo recibió fuego de francotiradores yihadistas. La bala rozó al corresponsal Andrei Filatov e hirió fatalmente al conductor al conductor. A una velocidad de 120 km/h, el traductor ha logrado apoderarse del volante y dejar el coche. "Vamos a continuar nuestro trabajo, iluminando la guerra contra los terroristas en Siria". Relacionada www.youtube.com/watch?v=6ccpvE8HQ4c&feature=c4-overview&list=U

Los desplazados internos anhelan el fin de la guerra. “En 75 años de vida jamás ví una cosa así”, dice, con pesar, Ahmad Hamad. Tenían una casa, comida y todo lo que necesitaban. Hoy, aquella modesta vida es un lejano recuerdo. La casa quedó atrás, entre tiroteos y coches bomba. Huyeron y hoy el Gobierno les da un techo y comida. Pero no puede ofrecerles una vida normal. “Esto no va de religión o política. Los Hermanos Musulmanes y los islamistas extranjeros se apoderan de todo". Malek es suní, pero como muchos también sufre a los "terroristas"

Los precios en Damasco se cuadruplican, salvo los de los bienes básicos. El turismo, que era el 17% de la economía, se esfuma. A los habitantes de la capital siria, antes tan cosmopolita y serena, se les ve resignados. Los precios se han cuadruplicado, excepto pan, arroz y harina, que el gobierno subsidia para cubrir necesidad básicas. Las tarjetas de crédito extranjeras no funcionan. No se puede enviar o recibir dinero de fuera. La industria también sufre. Para la maquinaria pesada comprada en occidente no se pueden importar ya recambios.

En la capital siria los ciudadanos defienden a El Asad. Sus calles respiran aliviadas tras disiparse la amenaza de un ataque aéreo. "Mucha gente que apoyó a los que llaman rebeldes se ha dado cuenta de que son terroristas. No luchan contra Bachar sino contra lo que nosotros hemos sido, nuestro país e historia. Donde otros gritan despotismo, muchos damascenos ven un esfuerzo del gobierno por mantener unido un complejo mosaico religioso y social. “Si en dos años y medio Bachar sigue en pie, no es porque sea un déspota. Es porque se le quiere".

La Alianza defiende, no obstante, una reacción 'firme' al uso de armas químicas. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, ha defendido una respuesta "firme" de la comunidad internacional al uso de armas químicas en Siria, aunque descartó participar en una intervención militar en el país, una decisión que consideró deben tomar los países individualmente.

Secuencia de combate urbano en algún lugar de Siria.

La muerte acecha al régimen sirio de la misma forma que lo hace con los rebeldes. Pero en el frente de batalla el ejército sirio no está por la labor de rendirse y proclama que no necesita armas químicas. Algunos soldados muestran sus heridas, mucho más valiosas, sospecho que las medallas o galones. Los oficiales ya se han quitado sus insignias de oro para evitar ser tumbados por los madrugadores francotiradores rebeldes. El amanecer parece ser el momento de las matanzas... (ENGLISH)