Isla de Morotai, en el archipiélago indonesio de las Molucas. Un avión militar del ejército indonesio, en un vuelo de reconocimiento divisa, en medio de la selva, una cabaña y un mínimo campo cultivado por un hombre semi-desnudo. Semanas después, un reducido grupo de soldados, rodean la cerca de aquella cabaña cantando viejas canciones militares. Eran las 8.15 h del 18 de diciembre de 1974. Había sido detenido finalmente, 29 años, 3 meses y 16 días después de finalizada la 2ª Guerra Mundial, Teruo Nakamura, el último soldado de la contienda.