En este libro de David Lema -con prólogo de Jabois- se homenajea y se entiende al hombre independiente, sarcástico y lleno de ternura que se fue, como su propio padre, demasiado pronto.

Hará unos nueve años. Yo pasaba gran parte de la semana en un pueblo, solo, y por las tardes, acabado el trabajo, a veces no sabía muy bien qué hacer. Mi novia me aconsejó entonces que me abriera Twitter cuando no era el politizado frenopático que acabaría siendo.

Oí decir que las mujeres viven la maternidad desde que se quedan embarazadas. Pero que, para asumir la paternidad, los hombres necesitan ver al niño ya nacido. De hecho, algunos no lo aceptan ni aparecen hasta que el chaval gana su primer Roland Garros. Algo hay de cierto.

David Gistau escribía con un golpe rotundo en cada frase, en cada párrafo, en cada idea, en cada nostalgia.

David Gistau escribía con un golpe rotundo en cada frase, en cada párrafo, en cada idea, en cada nostalgia. El periodista y escritor, uno de los referentes del columnismo de los últimos años

David Gistau (Madrid, 1970), uno de los columnistas estrella de la prensa actual, lleva desde el pasado 29 de noviembre en un estado de inconsciencia e ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Clínico de Madrid, según ha podido saber EL ESPAÑOL. El periodista del diario El Mundo estaba haciendo ejercicio cuando se desplomó en un centro de boxeo de Madrid.

El sábado, el estadio de Vallecas vivió un momento intenso y multidisciplinar. En el césped, el Rayo jugaba su partido contra el Almería, 'gallito' de la categoría que sólo pudo sacar un empate. Al mismo tiempo, en el vientre del estadio, ocurrían otras cosas. En el gimnasio, uno de los de boxeo con más solera de Madrid, tenía lugar una velada en la que pelearon 'amateurs' y profesionales, hombres y mujeres. Mientras que, en la puerta contigua a la del gimnasio, en el club de ajedrez, colmado de espectadores, se celebraba un torneo.

1. Blitzkrieg. Empieza la columna con la frase más cafre posible y continúa en crescendo a partir de ahí. Acábala con un guantazo a rodabrazo con carrerilla. 2. No bajes el ritmo. Si flojeas en una sola frase, los lectores cogerán aire. No les des tiempo a pensar: esos cabrones se las saben todas y encontrarán el punto débil en tu argumento.

Audio de David Gistau: "Comprendo que es importante sentirse acompañado cuando se sufre, comprendo también que los europeos sintamos que un horror que ocurre en cualquiera de nuestros países nos está ocurriendo a todos, pero de pronto me he hartado..."

Arias Cañete se antoja el verdaderamente indefenso: un hombre blanco, heterosexual, con posición y gordito que, por ser todo esto, carece de tópicos de la discriminación positiva en los que acogerse a sagrado.

David Gistau saca los colores a su propio periódico, que ayer se apuntaba a la teoría de que uno empieza con escraches y acaba pegando tiros. "¿Quién parece haber necesitado una muerte cualquiera, quién se ha apropiado también de sus propios prejuicios?", acusa. "Los que mediante reflexiones ambiguas, y aun conociendo la identidad de las detenidas y las conclusiones provisionales de la investigación, han tratado de adjudicar el crimen al encanallado ambiente social. A los escraches"

"Plegarias no atendidas" por David Gistau En la tarde de ayer, a orillas del Manzanares, Madrid vivió uno de los mayores contrastes sociológicos que puede deparar el deporte. En la Caja Mágica, el tenis convocaba a toda esa gente bien que en verano extrae el color de sus pantalones de una paleta chillona y que…

Los columnistas se han puesto solemnes para el día en que la Bolsa puede caer por debajo de los 6.000 puntos del IBEX y el Gobierno puede pedir la intervención, y la de los cascos azules de la ONU. Mitología, cosmología, conspiraciones, constitucionalismo, III Reich... Si se los lee todos, como he hecho yo, querido lector, acabará con dolor de cabeza y creyendo que le persiguen los hombres de negro.

La penitencia de Urdangarin a la puerta de los juzgados coincide con un momento de gran resentimiento social con coartada ideológica. De ahí la catarsis de la venganza, de la humillación consentida, paralela a la de la Justicia y harto más primaria que ésta. Como a la gente le ha sido concedida una bula general para el cabreo y su evacuación, como un megáfono es ya más representativo que una cámara parlamentaria, y una consigna que encaje en un tuit más eficaz que una reflexión, cualquier bandarra que se aposta en una esquina buscando ángulo...

Finales de septiembre de 2011 d.C., todo Madrid está ocupado por bares que expenden bebidas alcohólicas a los ciudadanos que deciden salir a torrarse en las calles. ¿Todo? No. Un pequeño bar en el Paseo de la Castellana resiste ahora y siempre al embate de los sedientos, y nos lo encontramos cerrado. David Gistau (Madrid, 1970) trabaja desde 2005 en El Mundo como cronista, reportero y columnista.

Hace falta vivir en una habitación muy chiquita para urdir complejas operaciones de castigo basadas en la creencia de que uno es el custodio del canon universal. Consuélese Cercas, porque a él sólo le toca una vez ¿por década?. Aquí hay reporteros que se orean, que salen a confrontarse con el mundo y a contar historias, que se nutren antes de lo vívido que del pensamiento hecho cripta: con más frecuencia reciben una dentellada, propinada desde su habitación chiquita por este personaje de oscuras petulancias...

[C&P]Las nuevas voces del género criminal desvelan los ingredientes de un tipo de novela que en realidad es "un campo de pruebas para lo que nos vamos a encontrar a la vuelta de la esquina".

Artículo acerca de la crónica escrita por David Gistau, columnista del Diario El Mundo, sobre la irrupción en la arena de Las Ventas el 4 de Mayor, de varios activistas de la Asociación contra el Maltrato Animal Equanimal, para reivindicar el fin de las corridas de toros