Este es el relato (...): "Pues el etarra Zabarte lo estaba observando todo, porque en esa habitación había un zulo donde él se escondía tras un espejo chino, pues allí escondido estaba el muy...Tuvo la oportunidad de rematarlo, pero no lo hizo. Y no lo hizo porque sabía que [si lo hacía] después iba él... Y cuando tras el tiroteo se produjo el registro del inmueble, allí le encontramos, tras el espejo y dentro del zulo, cagao de miedo, sí, sí, cagao físicamente, y con la pistola en la mano, que del acojono que tenía no la tenía ni montada."