A veces, la discreción, e incluso la ausencia, es el mejor remedio cuando la jauría acecha. La Casa Real, y sobre todo sus príncipes, en especial ahora, son piezas codiciadas.El monarca debería estar atento a la prejubilación anunciada que significa esta puesta en escena de los príncipes. Valga esta pista proporcionada por el diario más monárquico: “El Príncipe está preparado para la sucesión, pero no impaciente por llegar a un trono que el Rey no piensa abandonar”.