La militancia socialista está desorientada y no ve en sus líderes ni relato consistente ni estrategia definida. La estructura de los socialistas responde a un modelo caduco de la década de los 70 del siglo pasado. Nadie, salvo quizá Pedro Sánchez, que llegó a verse en La Moncloa, cree que tenga alguna posibilidad de ganar las elecciones del 26-J.