Están asaltando los supermercados. Pero no se trata de bandidos armados. Se trata de gente furiosa y hambrienta que no empuña ni siquiera una pistola, con la complicidad de los empleados que les dicen: “coged lo que queráis, nosotros como si nada”. Se trata de la revuelta de 150 empresarios agrícolas, productores de cítricos, que se han negado categóricamente a destruir toneladas de naranjas y limones para moderar los precios, como pide la UE.