Cuando piensas en el concepto "carajillo", te vienen a la cabeza imágenes de señores con puros y traje de tergal, abuelators en bares rancios y obreros metiéndose un chute de alcohol y cafeína a las ocho de la mañana para soportar un día frío de curro. Desde luego, el combinado de café con brandy, orujo, ron u otros licores no es la primera bebida que asociarías a la modernidad, y su consumo parece parte de esa España que, por suerte o por desgracia, agoniza. Sin embargo, todo (o casi todo) vuelve, y quizá en un futuro próximo veamos este...