Cuidado. Que no estoy diciendo que “España la caga”, ni que “España se caga”. Que quizás podría. Simplemente constato un hecho evidente; el maldito coronavirus este no ha hecho que se acaben el azúcar, las harinas o el aceite (que andan escasos). Lo que ha desaparecido fulminantemente de las estanterías es, sobre todo, el papel higiénico.