Hace un año tuvimos que tomar una decisión que no por ya sabida fue menos dura. Hoy cuento aquí cómo fueron esos días y sus noches, esperando que nadie vuelva a sufrirlos en este país Como sabéis, mi hermana, enferma de ELA, nos pidió a los 7 meses de su diagnóstico que en el momento en que ella quisiera morir lo hiciéramos posible Aquella conversación, una semana antes de mi cumpleaños, fue un rosario de promesas que después vimos que no era tan fácil cumplir. Mi hermana habló con todos los médicos que la vieron de sus deseos de morir.
