Un joven, mayor de edad, ha sido condenado a un año de cárcel, una multa de 1.080 euros, a indemnizar con 1.786 euros a la compañía del Metro de Barcelona y a no poder acceder al suburbano barcelonés durante un año por haber pintado grafitis en dos vagones de un convoy. El juez entiende que hubo un "propósito de menoscabar el patrimonio ajeno" y que con los aerosoles que utilizaron para las pintadas, con componente ácido, dañaron la pintura y provocaron corrosión en las gomas de las ventanas y puertas del convoy, por lo que condena al acusado p