Es su día libre y suena el teléfono. Unos amigos le proponen un plan, tomar algo, dar una vuelta, salir a cenar. Antes la respuesta era casi siempre sí, pero ahora, simplemente, no le apetece: "Quiero quedarme tirada en el sofá y, si voy, es por pura necesidad, porque necesito a toda costa socializar, pero no porque sea algo que me apetezca hacer. Simplemente necesito hablar con alguien después de tantos días viviendo de noche". El trabajo nocturno, que realizan 2,3 millones de personas en España, está asociado a riesgos físicos y psicosociales