Un conductor alemán le dejó a su familia una inusual herencia de 2,5 toneladas de monedas valoradas en casi 10.000 dólares, que se tardaron seis meses en contar. La herencia venía en monedas de uno y dos peniques de marcos alemanes, la divisa oficial en este país hasta la introducción del euro en 2002. Aunque no sirven para comprar bienes o servicios, pueden ser cambiadas indefinidamente en las oficinas del Banco Central de Alemania.