Noruega es un país de poco más de 5 millones de habitantes, con unas condiciones de vida, de desarrollo y de bienestar que están entre las más destacadas del mundo. Y, por supuesto, con una economía próspera, que le coloca entre los países más ricos, utilizando casi cualquier índice que se nos ocurra. Son el estado con el que todos sueñan ser. Pero no siempre fue así. Cuando Noruega se independizó de Dinamarca, en 1814, era un país rural, con el 90% de la población dedicada a la agricultura, en unas tierras que no eran fáciles de cultivar.