Pocos días después de la invasión de Ucrania por parte de Vladímir Putin, el banco austríaco Raiffeisen anunció que estaba considerando vender su negocio ruso. Al cabo de veintisiete meses, a la filial en Rusia de esa entidad de crédito no le va nada mal. La plantilla ha crecido hasta rozar los 10.000 empleados, lo que supone un aumento del 7% desde 2022. El año pasado, los beneficios alcanzaron los 1.800 millones de euros, más que cualquiera de las otras filiales del banco y el triple desde 2021.