Hay ocasiones en las que un simple gesto, realizado infinidad de veces, constituye la identidad de una persona. Cada vez que vemos ese gesto, lo relacionamos −sin pensar− con ella. Es el caso de Angela Merkel y sus manos. La Canciller alemana abusa del gesto de juntar los dedos, en forma de diamante, y lo hace siempre. Se trata de un gesto que quiere mostrar tranquilidad, seguridad. Y ya es reconocida por ello.La prueba está en el grandioso cartel electoral que han creado desde su partido.