Tras la baja por maternidad, la agente, natural de Ourense, pidió una reducción de jornada del 20 % que se le concedió, con la minoración salarial correspondiente. Después solicitó un horario fijo, ya que con sus turnos de trabajo y los de su marido, natural de Pontevedra, compaginar la vida familiar con la laboral les era «prácticamente imposible»... sus superiores se lo denegaron porque supondría «un agravio comparativo» con sus compañeros...