En Ávila, la ciudad-provincia anclada en la muralla y con un alcalde independiente, Podemos no encontró a nadie mejor que una mujer de 56 años que había huido a ese culo del mundo escapando de un asesinato, por el que fue condenada a 30 años de cárcel. La historia es truculenta, fue contada en su momento, y hoy ha vuelto a la actualidad. Con razón, además: cuando solo encuentras mierda, normal que te salpique la mierda.