Libre, abierto y basado en Linux. Esta fórmula bien combinada y con el poderoso patrocinio de Google tenía todos los boletos para ser un éxito seguro. Pero hay matices, y de calado. El primero, que Google no consigue rentabilizar al máximo su plataforma y de hecho, iOS con su minúsculo share se lleva el grueso de los ingresos del mercado. El segundo, y muy relacionado con el primero, la fragmentación: Google no consigue consolidar las sucesivas versiones de Android y la última, Kit Kat, no llega al 21% con un año de vida...