De las estadísticas se deduce que la exitosa gestión en Noruega no ha supuesto solo una cifra muy limitada de muertos por Covid-19 (254 en total, en un país de 5,4 millones de habitantes), sino también un control de otras enfermedades infecciosas. “Todo quedó parado, incluyendo los virus”, asegura Erik Lande, consejero delegado de la funeraria familiar Landes Begravelsesbyrå, en el sur del país, una entre la media docena que ha acudido al paquete de ayudas públicas para compensar la caída de la facturación.