El cementerio de Palma lleva varios meses registrando numerosos robos, actos vandálicos e incluso prácticas de índole sexual. Todo ello, sumado a ser un ‘picadero’ de toxicómanos donde consumen heroína. No respetan absolutamente nada, se llevan los crucifijos, ornamentos decorativos, argollas, letras metálicas, anillas y otros objetos metálicos de los nichos y panteones del campo santo. Tenemos muy claro que lo hacen para obtener chatarra y venderla al peso», apunta una de las afectadas.