Llamados obeliscos por sus estructuras en forma de varilla, son incluso más pequeños que los virus, pero aún así pueden transmitir instrucciones a las células. Lo que dicen, sin embargo, no lo sabemos. Las entidades microscópicas, según una explicación escrita en 'The Conversation' por el profesor de evolución microbiana de la Universidad de Bath Ed Feil, llama a los obeliscos "trozos circulares de material genético que contienen uno o dos genes y se autoorganizan en forma de varilla".