Su ventrílocuo, Miguel Ángel Rodríguez, ha encontrado en ella el barro con el que moldear su venganza contra quienes lo daban por defenestrado. Lo que de antemano pudiera parecer un problema insalvable para ganar unas elecciones, carecer de preparación y de ideología, se ha convertido en el principal haber de Isabel Díaz Ayuso. Isabel es maleable como el cobre, impersonal como un vestido de supermercado e insípida como el agua destilada. Tres cualidades indispensables, en estos tiempos de nadería intelectual, para triunfar en España