El título no es mío, es de un policía que los conoce muy bien, porque tuvo que convivir con ellos en destinos lejanos y poco amistosos. Hace referencia a una de las últimas castas –esta sí, de verdad– que quedan: la de los diplomáticos. Van "de cóctel en cóctel y convocando reuniones, la unidad de medida de los diplomáticos".